Dos naves rusas, la nave de la tripulación Soyuz MS-09 (en primer plano) y la nave de reabastecimiento Progress 70, aparecen en la base de la Estación Espacial Internacional como el complejo orbital orbitado casi 257 millas sobre Ucrania.
La física de fluidos y la investigación de la combustión en la Estación Espacial Internacional ayudan a los científicos a comprender cómo los fenómenos bien conocidos en la Tierra se comportan en la microgravedad. Por ejemplo, los fluidos que se derraman dentro de los tanques de combustible pueden afectar la forma en que una nave espacial se desplaza en el espacio. La forma en que las llamas queman y crean hollín en el espacio también puede crear problemas de seguridad para las tripulaciones.
Sergey Prokopyev de Roscosmos abrió la parrilla de combustión integrada por la tarde y reemplazó las múltiples botellas que contienen gases para los experimentos con llamas. El ingeniero de vuelo también empacó artículos para su eliminación en un buque de carga japonés y verificó los sistemas rusos de ventilación y aire acondicionado.
La ingeniera de vuelo Serena Auñón-Canciller y el comandante Alexander Gerst de la ESA (Agencia Espacial Europea) exploraron cómo los fluidos afectan las maniobras de las naves espaciales hoy. El dúo configuró un par de diminutos satélites móviles conocidos como SPHERES para la prueba dentro del módulo de laboratorio Kibo de Japón. Con el experimento SPHERES Tether Slosh se está observando lo que sucede cuando los satélites arrastran un tanque lleno de líquido contra un cuerpo de masa sólida con una correa de Kevlar, lo cual dará muchas respuestas sobre lo que sucede con todos los líquidos liberados de las naves y su repercusión en la seguridad de los Astronautas.
Crédito de texto: Agencia Espacial Europea (ESA)